Es necesario aprender a superar la frustración, en cualquier ámbito de nuestro día a día, algún día, en algún momento nos vamos a sentir frustrados, ya sea por algo que nos había creado unas expectativas que se quedaron en eso, personas que nos hacen sentir así, metas no alcanzadas, etc...
En natación pasa lo mismo, el día a día se basa en entrenamientos, unas semanas son entrenamientos muy duros, otras de puesta a punto, otras de recuperación...son muy importantes las sensaciones que cada nadador tiene durante estas semanas, hacen que su confianza en sí mismo aumente, que crea que es posible mejorar y después llega la competición.
A veces sale bien, otras muy bien, también puede salir mal, o simplemente no salir, en esos momentos es muy difícil controlar las emociones, la frustración es una de ellas, "si he entrenado tanto, por qué no lo hago bien?" y es ahí cuando vuelve a aparecer la pregunta..¿merece la pena?
Sí, merece la pena, es necesario controlar esa frustración, superarla y seguir, apoyándote en tu entrenador, tus compañeros, tus amigos, tu familia...no es nada fácil, pero es algo que un deportista debe aprender a hacer desde pequeño.
Al fin y al cabo hemos elegido ser nadadores, hemos elegido sacrificar muchas cosas por nuestro deporte, caernos mil veces y volver a levantarnos, y todo esto porque al final de cada mal pensamiento, de cada mala sensación, siempre estás tocando la pared, mirando al crono, a tus compañeros y sonriendo.
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