martes, 30 de octubre de 2012

Zanks mam, zanks dad


Va por ellos, por nuestros padres.

Cuando eres niño no te das cuenta, pero cuando ya ves las cosas con otra perspectiva, unos centímetros más alto, llegas a la conclusión de que eres deportista, nadador, gracias a ellos.
En mi caso, cada día, después del colegio mi madre, como las del resto de compañeros, nos llevaba a la piscina, se tragaba horas y horas de piscina, viendo nuestra progresión al calor de las gradas, agradecido en invierno, horrible en verano…pero siempre ahí.

Son unos entendidos de este deporte, aunque no lo expresen, aunque no tengan relación directa con el entrenador, saben cual es la especialidad de cada uno, quiénes son nuestros rivales y amigos, en qué hemos fallado, como nos sentimos…lo saben todo.

Cuando empezábamos a entrenar por la mañana mi padre se despertaba a las 5.30 para llevarnos a entrenar, eso pocos lo hacen, gracias dad. Es un esfuerzo enorme por su parte por el que siempre estaré agradecido.

Nuestros padres han luchado mucho por nosotros, son un ejemplo de lucha, porque si no hubiese sido por ellos, ninguno de nosotros seríamos nadadores hoy en día, porque cuando más difícil se puso esto allá por 2004, ahí estaban todos, en piña, peleando por conseguir que sus hijos siguiesen a remojo.
Y lo más importante, y que creo que marca la diferencia con los papás actuales es que ellos nunca nos dijeron que cuando fuésemos mayores dejaríamos de nadar porque hay que estudiar más, ellos nos decían que si nos organizábamos bien podíamos ser buenos estudiantes y buenos deportistas, que una cosa no quitaba a la otra.

Y gracias a esos consejos y a muchas otras cosas más, hoy somos lo que somos

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